tEsta semana, los ministros del Reino Unido y los líderes políticos de los territorios británicos de ultramar se reunirán en el consejo ministerial conjunto. Esta cumbre tiene como objetivo construir una estrategia unida para nuestra asociación con los territorios de ultramar, basada en valores democráticos compartidos y el respeto de los derechos humanos.
Pero esta asociación también conlleva la obligación de respetar determinadas normas. Para quienes hacen campaña para erradicar el lavado de dinero y el fraude de la economía del Reino Unido, eso implica derribar el secreto y promover la transparencia corporativa total y una rendición de cuentas sólida a través de registros de beneficiarios reales accesibles al público.
Sabemos muy bien que los territorios de ultramar y las dependencias de la Corona desempeñan un papel fundamental a la hora de ayudar a los delincuentes y evasores de impuestos a lavar y ocultar su dinero sucio. Los paraísos fiscales extraterritoriales de Gran Bretaña siguen ocupando un lugar destacado en las investigaciones, escándalos y filtraciones mundiales de lavado de dinero. Eso quedó claro ya en 2016, cuando los Papeles de Panamá revelaron que la mitad de las entidades nombradas en las filtraciones eran empresas constituidas en las Islas Vírgenes Británicas.
La invasión ilegal de Ucrania por parte de Rusia puso de relieve cómo estos paraísos extraterritoriales también se utilizan para evadir nuestras sanciones y ocultar riqueza corrupta. Los oligarcas rusos han escapado a las sanciones colocando su riqueza en fideicomisos secretos en nuestros paraísos fiscales. En otras palabras, somos cómplices, sin saberlo, de financiar a dictadores y oligarcas en todo el mundo. Al facilitar este crimen económico también estamos socavando nuestra seguridad nacional.
El dinero sucio sustenta la corrupción, el crimen y los conflictos. Causa un daño inmenso dentro y fuera del país, permitiendo la delincuencia organizada y grave y desviando recursos necesarios para servicios públicos vitales.
Los registros públicos y el escrutinio que conllevan son el mejor antídoto contra el flagelo de las finanzas ilícitas. Estos registros, que revelan a los propietarios finales de empresas y activos, nos ayudan a seguir el dinero e identificar irregularidades. Si se implementaran, los registros pondrían fin a décadas de secreto en cada uno de estos paraísos.
Esta medida de sentido común cuenta con un fuerte apoyo en toda la comunidad empresarial como medida crucial para promover el buen comportamiento empresarial.
También cuenta con el apoyo de los miembros del parlamento de todas las tribus políticas. Es por eso que logramos promover y aprobar una enmienda a la Ley de Sanciones y Contra el Lavado de Dinero en 2018. Esta cláusula requería que los territorios de ultramar introdujeran registros públicos de beneficiarios finales en un plazo de dos años.
Con la esperanza de encontrar una salida consensuada, el gobierno anterior aceptó un retraso en la implementación de la legislación. Todos los territorios de ultramar y las dependencias de la corona asumieron compromisos voluntarios para implementar registros de acceso público para fines de 2023. Este plazo ya pasó y solo dos de las jurisdicciones han cumplido con la ley. El resto no ha respetado la voluntad del parlamento al no implementar esta vital medida de transparencia.
La mayoría de estos paraísos fiscales extraterritoriales han incumplido por completo o diluido sus compromisos originales. Es frustrante que los territorios de ultramar con el peor historial –a saber, las Islas Vírgenes Británicas y las Islas Caimán– ni siquiera hayan proporcionado un cronograma claro para el establecimiento de registros públicos. En cuanto a las dependencias de la Corona, han utilizado un fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea para dar marcha atrás por completo en su compromiso, a pesar de que el Reino Unido ya no está sujeto a las leyes de la UE.
Toda la evidencia muestra que los registros abiertos son fundamentales para detener el flujo de dinero sucio. No se trata sólo de los Papeles de Panamá, sino también de los Papeles del Paraíso, la Lavandería Rusa, los Archivos FinCEN y más. Todos demostraron que sin registros abiertos no es posible unir los puntos en materia de corrupción y mala conducta. Sólo con la luz del sol de un escrutinio abierto podremos empezar a abordar el problema.
Los registros públicos son pragmáticos, no partidistas y decididamente favorables al crecimiento. El secreto continuo que ofrecen las empresas fantasma en jurisdicciones extraterritoriales corre el riesgo de socavar nuestra reputación en el escenario mundial. El Reino Unido prospera al ser una jurisdicción confiable en la que se puede establecer y hacer crecer un negocio.
Nunca lograremos un crecimiento económico sostenido gracias al dinero sucio. El gobierno debe aprovechar la próxima cumbre para garantizar que nuestra legislación del Reino Unido no se quede simplemente acumulando polvo en los estantes de las bibliotecas. Si los territorios de ultramar y las dependencias de la corona no aceptan la voluntad del parlamento, debemos usar nuestros poderes para insistir en que actúen.
El consejo ministerial conjunto de esta semana ofrece una oportunidad única y definitiva para trabajar con socios en estas jurisdicciones para lograr total transparencia. Debemos poner fin a las vacilaciones y demoras de los últimos años y romper el velo del anonimato que protege a criminales y cleptócratas. Después de todo, la luz del sol es el mejor desinfectante.
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